Archivos diarios: 19 de abril de 2009

Ventas y libros digitales en México

 

Es recurrente la preocupación de los editores españoles sobre el futuro del libro impreso frente al avance de las tecnologías digitales y los soportes electrónicos, según se desprende del libro digital de distribución gratuita Del 1.0 al 2.0. Claves para entender el nuevo marketing (se puede bajar aquí), coordinado por Eva Sanagustín.

 

No se trata sólo de tener una nueva actitud frente al auge de los e-books. Para los editores que son impresores, la conversión tecnológica implica formularse un nuevo modelo de negocio; por ejemplo, pasar de las ventas físicas a las virtuales. En México, la venta de libros por medios digitales es aún incipiente, pues representa menos de 4.1% —que engloba el concepto “Otros canales”— del volumen total de 147 millones de libros publicados por el sector privado y vendidos en el año 2007, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana.

 

Ese nuevo modelo que incluye la venta de libros en formato digital y por medios digitales implica también transformar los sistemas administrativos, de distribución y de comunicación editores-lectores al orden de competitividad internacional, y consolidar la gestión de la propiedad intelectual, con un marco legal nacional insuficiente como el que tenemos en México.

 

Estos son sólo algunos aspectos de la conversión tecnológica de la venta de libros, en especial aquellos que ya no son impresos. Se incrementa la lectura de libros digitales, gracias a los agentes intermediarios que la promueven en buscadores, redes sociales y blogs (hubo 133 millones de blogs en 2008, de acuerdo con Technorati). Aumenta el número de sitios para descarga de libros y el número de opciones para leerlos en teléfonos celulares, PDA y agendas electrónicas.

 

Éste quizás no deba ser un problema ahora para los editores mexicanos, que aún confían en que los tirajes de mil a tres mil ejemplares impresos de sus novedades lograrán colocarse en las librerías del país con mayor venta, más aún si tienen el respaldo del precio único del libro y la ley en la materia.

 

Pero si la industria editorial está cambiando en España, Argentina y otros países de habla española, ¿valdría la pena considerar su discusión en México? Al tiempo.

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